He visto proyectos de SAP arrancar con entusiasmo, con equipos motivados, hojas de ruta ambiciosas y un arsenal de tecnología de punta. Y también he visto cómo, poco a poco, ese entusiasmo se diluye entre entregables que no llegan, decisiones urgentes sin contexto y usuarios frustrados que extrañan “lo de antes”.
¿La causa? Un enemigo que no aparece en ningún cronograma ni presupuesto: la falsa sensación de control.
Cuando implementamos SAP, pensamos que el éxito depende del sistema. Pero la realidad es más compleja (y menos cómoda): el fracaso casi nunca es técnico. Es humano, cultural, organizacional. Déjame compartirte cuáles son los errores que más daño hacen, los que he visto repetirse incluso en empresas con años de experiencia… y cómo puedes evitarlos desde el principio.
Uno de los errores más comunes es encargarle la implementación al área de TI y dejar que el negocio “espere resultados”. Pero SAP Business One no es solo otro software. Es un rediseño de cómo opera tu empresa. Si los líderes no están comprometidos desde el inicio, el proyecto se convierte en un esfuerzo aislado que no transforma nada.
Mi consejo: No empieces sin patrocinio real del negocio. Y si no hay visión compartida, aún no estás listo para arrancar.
Cambiar un ERP no es difícil. Lo difícil es cambiar la forma en que las personas trabajan, colaboran y toman decisiones. Muchos proyectos fracasan no porque el sistema falle, sino porque los usuarios se resisten (a veces sin decirlo). Y es lógico: nadie quiere sentirse incompetente frente a un sistema nuevo.
Mi consejo: Empieza la gestión del cambio antes que el proyecto mismo. Comunica, capacita, escucha. Repite.
El alcance del proyecto es como una lista de supermercado: si la vas llenando sobre la marcha, terminas con mucho más de lo necesario... y sin saber cuánto costó. Aceptar cada nuevo requerimiento sin un análisis serio desgasta al equipo y desvía el enfoque.
Mi consejo: Define un “mínimo viable realista”, cuídalo como oro, y establece un proceso de control de cambios que todos respeten.
A veces, por miedo al cambio o por comodidad, las empresas piden desarrollos personalizados (los famosos “Z”) para replicar procesos antiguos. El resultado es un sistema menos estándar, más complejo de mantener… y cada vez más alejado del valor que SAP puede ofrecer.
Mi consejo: Usa el estándar siempre que puedas. Personaliza solo cuando aporta un diferencial real. Pregunta dos veces antes de decir “hagamos un desarrollo”.
Formar un equipo interno comprometido es clave. Pero si ese equipo no tiene experiencia en proyectos SAP, lo que ahorras en presupuesto lo perderás en errores. La curva de aprendizaje es real, y en proyectos de esta magnitud, cada decisión mal tomada cuesta.
Mi consejo: Combina talento interno con consultores que ya hayan vivido implementaciones similares. El conocimiento compartido es la mejor inversión.
Migrar a SAP es como mudarse de casa: es la oportunidad perfecta para limpiar. Si arrastras errores, duplicados o información desactualizada, estarás llenando un sistema nuevo con los mismos vicios de antes.
Mi consejo: Empieza la depuración de datos desde el día uno. No lo dejes para el final (créeme, no tendrás tiempo).
SAPB1 en la nube ofrece rapidez, escalabilidad y costos controlados. Pero eso viene con una condición: hay menos margen para personalizar. Algunos procesos tendrán que adaptarse al sistema, no al revés. Y eso es bueno... si estás dispuesto a soltar el pasado.
Mi consejo: Conoce las reglas del juego antes de empezar. Adapta tus procesos cuando tenga sentido. Lo perfecto es enemigo de lo funcional.
Implementar SAP con éxito no es cuestión de suerte, ni solo de buenos consultores. Es cuestión de liderazgo, preparación y decisiones conscientes.
El ERP es solo una herramienta. Lo que transforma una empresa es cómo la usa.
En nuestra experiencia, acompañar a las organizaciones en este tipo de transformación va mucho más allá de la configuración técnica. Guiamos a tu equipo desde la estrategia hasta la operación diaria, con una metodología probada, consultores certificados y un enfoque práctico centrado en resultados reales.
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